Calefacción por radiadores

El sistema de calefacción más habitual en viviendas es mediante radiadores de agua. Los radiadores funcionan mediante un circuito cerrado de agua caliente, normalmente entre 60ºC y 80ºC dependiendo de materiales y normativas.

Transmiten el calor por convección y radiación. Por un lado, el calor es radiado por la superficie exterior del radiador (radiación) y por otra, el aire caliente circula por toda la habitación (convección). La transmisión de calor por radiación llega a los elementos más cercanos al radiador mientras que la transmisión de calor por convención llega a los restantes elementos del local gracias al movimiento del aire.

El tipo, forma y material del radiador influyen en la emisión de calor. Los radiadores más comercializados en el mercado son de aluminio y de acero.

Para obtener una temperatura uniforme en todo el local, los emisores, siempre que sea posible, deben colocarse en el lugar más frío de la estancia, en la pared más fría o debajo de las ventanas, de forma que la estratificación del aire sea lo menor posible.

Deben situarse de manera que ningún elemento pueda impedir la convección del aire en la estancia (cubre-radiadores, cortinas, muebles, etc.).

La red de tuberías que enlaza los diferentes emisores puede realizarse con tuberías plásticas, utilizándose frecuentemente para este tipo de instalaciones las tuberías multicapa por sus excelentes propiedades y características estéticas, requeridas en recorridos vistos.

Según la red de distribución en las instalaciones de calefacción por radiadores podemos distinguir los siguientes tipos:

1) Instalación bitubo

Este tipo de instalación, que es la más habitual, se caracteriza porque los emisores están conectados en paralelo, de tal forma que el agua que entra desde la tubería de ida en cada radiador retorna a la caldera a través de la tubería de retorno. La temperatura de entrada a los radiadores es prácticamente la misma que la de salida de caldera. A la tubería de ida se conecta la entrada de cada uno de los radiadores y la salida se conecta a la tubería de retorno.

Según se realiza la conexión de la salida de los radiadores a la tubería de retorno, se puede tener una instalación de retorno directo o de retorno invertido.

  • Retorno directo. La tubería de retorno parte del radiador más alejado y va recogiendo el agua de los diferentes radiadores hasta devolverla a caldera, de forma que el recorrido del agua es menor para los radiadores más cercanos, teniendo menor pérdida de carga, lo que hace necesario regular el caudal que pasa por cada radiador.
  • Retorno invertido. La tubería de retorno parte del emisor más cercano a la caldera y va conectando cada uno de los radiadores, siendo la salida del último el que se conecta con el retorno de la caldera. De esta forma, el recorrido del agua en cada radiador es igual en longitud, por lo que las pérdidas de carga son similares y no es necesaria, prácticamente, la regulación de caudal.

 

2) Instalación monotubo

Los radiadores están conectados en circuitos denominados anillos. En los anillos, los emisores se instalan en serie, es decir, que el retorno del primer emisor se conecta con la ida del segundo, el retorno de este, se conecta con la ida del tercero, y así sucesivamente.

En este tipo de instalación se emplea una llave específica que alimenta a los emisores de tal forma que parte del agua entra por el emisor y el resto pasa directamente a mezclarse a su salida con el retorno del mismo radiador, con lo cual, la temperatura del agua es diferente y menor en cada emisor. El número de elementos o el tamaño del emisor debe ser mayor en los últimos radiadores del anillo.

3) Instalación por colectores

La instalación de radiadores por colectores se caracteriza porque cada radiador tiene su propia tubería de ida y de retorno, que se conectan respectivamente a un colector, alimentado por el agua de la caldera.

De esta forma, por cada tubería circula únicamente el caudal correspondiente a las necesidades de ese radiador y la temperatura de entrada en todos los radiadores es prácticamente la misma. Desde el colector de distribución se pueden añadir llaves de corte para poder independizar zonas, y de esta forma tener un equilibrado mejor de los circuitos.

Las principales ventajas de este sistema son su fácil diseño e instalación, mínimas pérdidas de presión, sin uniones en el suelo o muros, reducción del número de accesorios y un mejor equilibrado de presión y temperatura.