Resistencia a cloración en tuberías plásticas post COVID19

 

Como consecuencia de la situación originada por la pandemia de la COVID-19 parece claro que el aspecto de la salubridad y protección sanitaria en edificios de todo tipo va a cobrar un importante auge en los próximos años.

Nueva necesidad y nueva tendencia

El diseño de nuevas edificaciones tendrá muy en cuenta los aspectos sanitarios y de desinfección asociados a las mismas. Se prevé que se convierta en una auténtica tendencia en el diseño y ejecución de las instalaciones del futuro inmediato. Igualmente, en los edificios e instalaciones existentes se está poniendo el foco en las labores de desinfección antes de la reapertura de muchos de ellos que han quedado cerrados y sin actividad durante meses.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) en su informe técnico de prevención y control de la COVID-19 del día 3 de marzo de este mismo 2020 señalaba la importancia de establecer medidas para mantener la seguridad del agua en los sistemas de tuberías. Tanto en las redes de suministro de agua fría y caliente como en las redes de saneamiento.

En cuanto a las redes de desagüe y saneamiento, las últimas investigaciones y avances llevados a cabo en el sur de China parecen demostrar que han existido casos de transmisión del virus por vía fecal-oral. Es decir, que el virus presente en desagües y aguas residuales procedentes de personas infectadas se transmitió por inhalación debido a la falta de sellado o modificaciones en tuberías de agua.

Igualmente, en Hong Kong en el año 2003 con la epidemia del SARS, virus similar al COVID-19, se produjo el contagio y la infección de unas 300 personas en una comunidad residencial. Las investigaciones también apuntan a un defecto en el diseño del sistema de tuberías. Otro hecho que viene a corroborar este vector de contagio es que en las últimas semanas se está empleando el análisis de aguas negras o residuales como medio para detectar la presencia del virus en algunas zonas.

 

 

La reapertura de edificios

“No diseñamos edificios para que se cierren durante meses”

Miles de edificios se van a enfrentar a la reapertura en estas próximas fechas. Centros educativos, hoteles, restaurantes, museos, teatros, etc. irán poco a poco abriendo sus puertas y recuperando su actividad normal.

El primer paso será evitar en la medida de lo posible la presencia del virus en las instalaciones, para lo cual se tendrán que implementar protocolos de actuación en este sentido. En cuanto a la desinfección de las instalaciones de climatización y suministro de agua, y sin perjuicio de protocolos específicos que se puedan establecer para determinadas aplicaciones, se pueden seguir las recomendaciones de la propia OMS que describe las medidas y tratamientos para proteger la inocuidad del agua en referencia a la presencia y transmisión del virus.

Entre estas medidas figura la protección de fuentes de abastecimiento, tratar las redes de distribución, almacenamiento y consumo. En cuanto a los tratamientos, informa que los tratamientos habituales de filtración y desinfección del agua centralizada deberían inactivar el virus del COVID-19. Según la citada entidad, otros coronavirus humanos son sensibles a la cloración.

Con el fin de alcanzar una desinfección centralizada eficaz contra el virus se determina que la concentración residual de cloro libre debe ser de al menos 0,5 mg/l durante un periodo mínimo de contacto de 30 minutos y en condiciones de pH inferior a 8,0. Además, debe mantenerse una concentración de cloro residual en la red de distribución.

Así mismo, señala también la importancia de contar con profesionales cualificados en instalación y mantenimiento. Y disponer de suficientes existencias de consumibles químicos para llevar a cabo los tratamientos y repuestos de materiales adecuados para las instalaciones de agua.

 

 

Resistencia de tuberías plásticas

Según las normativas, estándares y protocolos las tuberías plásticas se diseñan y fabrican para una vida útil de al menos 50 años dentro del campo de aplicación específico para el cual hayan sido producidas. La resistencia mecánica de las tuberías plásticas se entiende como la respuesta de los materiales que las componen a la combinación de los factores presión y temperatura.

En este sentido tenemos la clasificación establecidas por la Norma Internacional ISO 10508, que establece distintas clases de aplicación, clasificación y diseño para los sistemas de tuberías plásticas. Por ejemplo, en nuestra normativa tenemos cuatro clases de aplicación:

Clases 1 y 2: tuberías plásticas para suministro de agua caliente sanitaria a 60ºC y 70ºC respectivamente.
Clases 4 y 5: tuberías plásticas para suministro de calefacción por suelo radiante y radiadores a alta temperatura respectivamente.

Además, para cada material se tienen tipificadas las curvas de regresión que muestran la respuesta del material en función del tiempo de trabajo continuo en determinadas condiciones de presión y temperatura. Con lo que se puede tener una estimación fiable de la resistencia de las tuberías plásticas en las condiciones especificadas.

En cuanto a la resistencia a la desinfección y a los tratamientos de cloración nuestra normativa no está plenamente desarrollada. Es decir, no tenemos un estándar que sea de aplicación en nuestras instalaciones con tuberías plásticas, en lo que resistencia a cloración se refiere.

Como referencia en este campo podemos remitirnos a los estándares ASTMF2023/F2263 de aplicación para tuberías plásticas en EEUU. En las citadas normas se tiene una clasificación en cinco categorías de resistencia a la cloración según condiciones de ensayo establecidas (hipercloración 4mg/l Cl residual, <60ºC, pH=6.8, ORP=825mV).

 

 

Resistencia de tuberías multicapa

Las tuberías multicapa compuestas generalmente por 3 materiales, a saber – polímero resistente a temperatura, capa aluminio impermeable al oxígeno y capa exterior de polímero de protección -, han demostrado sobradamente su capacidad de resistencia mecánica hasta en las aplicaciones más exigentes a alta temperatura. También son aptas para circuitos cerrados de calefacción por su impermeabilidad al oxígeno, a diferencia de otros materiales plásticos como el PPR convencional que sí es permeable al oxígeno. Además, hay que tener en cuenta su idoneidad para instalaciones vistas donde minimizan el efecto estético de las dilataciones que son más que evidentes en otros materiales plásticos.

Haciendo referencia a la citada normativa ASTM de clasificación de resistencia a la cloración, y según los ensayos realizados en nuestra área de I+D, nuestra tubería AIS Multicapa alcanza la más alta clasificación CL5 en resistencia a agua clorada.

Considerando su elevada resistencia a los tratamientos de cloración unida también a la resistencia a formación de biocapa y bajos índices de crecimiento de bacterias en comparación con las tuberías metálicas, hacen de la tubería multicapa la mejor elección desde el punto de vista técnico-sanitario.

Garantía de vida útil ante el nuevo escenario

Aún es pronto para saber qué condiciones y protocolos de tratamiento de desinfección específicos serán de aplicación en el corto y medio plazo. Lo que parece evidente es que el aspecto de la salubridad y la protección sanitaria en edificios e instalaciones comienza a cobrar un papel relevante en el diseño, ejecución y explotación de las mismas.

Considerando esta nueva tendencia derivada de esta nueva necesidad de mayor protección sanitaria, a la hora de seleccionar materiales y en concreto tuberías plásticas tenemos que ser conscientes de que las mismas tengan la adecuada resistencia y durabilidad para ofrecer suficientes garantías en un escenario de intensificación de tratamientos de desinfección.